Un monje Taoísta consciente de que Dios está en todas las religiones
ingresa a una Catedral para tocar su Bong, de esta manera desea estar en armonía
con sus antepasados Católicos. Un Acólito al escuchar el extravagante sonido
haciendo eco en las cúpulas del recinto busca la fuente, localiza al Taoísta,
lo identifica, sabe que fue practicante, se aproxima rápidamente con el dedo
índice señalan a los cielos exclamando en un tono de vos que crece a casa paso:
-Estamos abiertos a todas las expresiones religiosas pero tú... TÚ...
¡Sacrílego! osas profanar las enseñanzas de este sacro-santo recinto
deformándolas, vistiendo ridículas prendas, tocando un objeto pagano en un
ligar sagrado, has perdido el camino, no tienes Fe, no tienes principios...
El monje Taoísta lo observa, hace una reverencia y al incorporarse le
responde:
-"La existencia de la derecha no excluye a la izquierda"
El Acólito sin escuchar prosigue vociferando:
-¡Pagano sin Fe, sin principios!, solo vienes aquí a hacerte publicidad,
deberías de estar en una plaza pública exhibiendo tu aberrante sonido, aprende
de mi que sigo las enseñanzas de nuestra Santo Padre...
A las nuevas vociferaciones del Acolito el monje Taoísta le responde con un
acto, se irgue, sosteniendo el Bong con la mano izquierda, lo extiende, con la
mano derecha da un golpe firme en el centro, crea un sonido solemne, pausado,
un sonido que recorre toda la Catedral. El Taoísta hace nuevamente reverencia
y se retira del recinto con las vociferaciones del Acolito por detrás”.
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