EL PRIMOGENITO

 Crónica de la muerte de Cristóbal Jodorowsky

 

Resumen:

El presente artículo de reflexión es consecuencia de lo aprendido durante la primera etapa de la materia “Constitución de la Subjetividad en Lacan” impartida por la Dra. Sara Fernández en el 3er semestre de la Maestría Estudios en Psicoanálisis y la inesperada muerte de Cristóbal Jodorowsky, dicho acontecimiento me ayudo a comprender “El estadio del espejo” y “La agresividad en psicoanálisis” de J. Lacan, así como “De guerra y muerte” de S. Freud.

 

Palabras clave: psicoteatro, psicomagia, Jodorowsky, muerte, estadio, agresividad.

 

El pasado 15 de septiembre durante mis consultas matutinas mi teléfono no dejaba de vibrar, había comenzado las sesiones a las 8:00 am y no fue sino hasta  las 11:00 am que pude revisar mis notificaciones, eras mi antiguos compañeros de formación psicoterapéutica con Cristóbal Jodorowsky, juntos habíamos aprendido de él psicomagia, tarot evolutivo y metagionologia, me preguntaban si la noticia era cierta o que todo se trataba de un acto artístico de renacimiento, no comprendía las preguntas, tuve que revisar los primeros mensajes que me habían llegado, en uno que me envió una amiga encontré la noticia: nuestro querido Cristóbal Jodorowsky ha muerto.

 

No conteste ninguna pregunta, le envíe un mensaje a su padre que vive en Francia, me dispuse a terminar las sesiones de medio día y cancelar las sesiones vespertinas.

 

Sali de casa a las 2:00 pm con la vestimenta que me recomendaba utilizar Cristóbal para asistirlo en los Psicoteatros, traje y camisa negra, sólo que ahora me había colocado la corbata, mi expresión facial era más seria de lo acostumbrado y en el bolsillo del saco ya no llevaba la lista de los invitados a la función sino la dirección de la funeraria.

 

Yo tenía conocimiento de su alcoholismo y sus adicciones no superadas, su reciente separación con Lola y su pésima forma de manejar la fama (que iba en aumento desde el 2020). Durante el trayecto no dejaba de recordar todas esas anécdotas de excesos que Cristóbal describía en su libro autobiográfico “El collar del tigre”[1], excesos que lo habían llevado a dos muertes clínicas que pudo librarlas por la persistencia de los paramédicos, me preguntaba ¿Se habrá entregado de nuevo a los excesos y en esta ocasión no la libro?

 

Llegando a la funeraria no quise saludar ni darle el pésame a nadie, caminé directo al féretro, estaba abierto, aunque su semblante era sereno, su piel y labios mostraban una evidente deshidratación, se veía un ligero rasguño en la cara, rasguño que parecía de días atrás, sus uñas mostraban un poco de suciedad, algo no común en él, al parecer mis sospechas no estaban tan equivocadas. Lo que me dio gusto, fue ver que no portaba el pelo largo y ese bigote delgado que lo acompaño por muchos años, eran rasgos del personaje Fénix que represento en la película “Santa Sangre” de 1989 dirigida por su padre Alejandro Jodorowsky, Fénix se convirtió en su lastre, su único éxito internacional, durante muchos años no podía desprenderse del personaje porque era lo único que tenía, pero ahora, Cristóbal esta fuera del personaje, pero dentro de un féretro.  

 

Padres y hermanos describen a Cristóbal como una persona intensa, que vivía al límite, lleno de demonios internos que combatir, claro, sin dejar de mencionar sus aspectos positivos, pero ¿De dónde provenía esa intensidad?, ¿Qué lo llevaba a vivir al límite?, ¿Cuáles son los orígenes de sus demonios?...

 

Yo cumplía 10 años de conocerlo y 7 de ser cercano a él, supe la historia de su infancia y, como mal psicólogo (nunca dejó de serlo), de forma instantánea hacia conexiones de esas historias con su comportamiento.

 

Alejandro Jodorowsky había procreado a Brontis y Eugenia con madres diferentes antes de conocer a Valery madre de Cristóbal, cuando Cristóbal nació, Alejandro no tenia contacto con sus primeros hijos y es a Cristóbal a quien en un principio reconoce como su primer hijo, y también, le pone cómo primer nombre Axel, acrónimo de Alejandro, cosa que Cristóbal al darse cuenta de ello en su vida adulta decide nunca usar su primer nombre, desde 1995 comenzaba a presentarse sólo por su segundo nombre.

 

Cristóbal fue criado como el primogénito, y al ser educado sin contacto con sus dos hermanos, esa idea se cimentó fuertemente en su inconsciente, se asumió como tal, pero no sólo se vería beneficiado en libertades y consentimientos, también se vería afectado, tenía que soportar la carga que al primogénito le correspondía, que en palabras de su madre Valery, su deber y destino era superar a su padre Alejandro Jodorowsky quien en ese entonces ya tenía fama mundial como actor, cineasta, dramaturgo, escritor, creador de comics, etc., Alejandro ya era un referente de la contracultura de los años 60’s y 70´s.

 

Entre otras tantas cosas, J. Lacan menciona que el estadio del espejo es la transformación producida en el sujeto cuando asume una imagen[2], Cristóbal asumió la imagen del primogénito, imagen que fue formada por su yo ideal y que posteriormente dio origen a su ideal del yo, un ideal que se vio seriamente amenazado con el paso de los años y la llegada de sus medios hermanos y hermanos de sangre.

 

Uno de los primeros choques psíquicos de Cristóbal fue cuando su hermano Brontis, el auténtico primogénito, tenía que mudarse con ellos. Aunque con anticipación Valery y Alejandro le mencionaron a Cristóbal que tenía un hermano mayor y que pronto lo conocería, una cosa era la idea y otra la vivencia. En una reunión Cristóbal nos comentó que el encuentro con Brontis fue muy fuerte, físicamente él era más alto, tez más clara, nariz respingada, pelo rizado, estéticamente más aceptable según los estándares de la época, todo lo contrario, a como se sentía Cristóbal, ese fue el primer golpe a su ideal, verse a través del otro, el implacable espejo hizo sus reproches, saber que no sólo no era el primogénito, sino también, que el auténtico primogénito era superior a él en estética.

 

El segundo golpe a su ideal se presentó con el desarrollo de Teo, su segundo hermano y primer hermano de sangre. Al crecer, Teo demostró haber heredado las habilidades creativas y sociales de su padre, también, desarrollo un cuerpo más alto y fuerte que Cristóbal, en poco tiempo, Teo se convirtió en el hijo favorito de Valery y Alejandro, según su sentir de Cristóbal, era Teo quien cumpliría el deber de superar al padre, en ese entonces Cristóbal comenzó a desarrollar su alcoholismo y drogadicción. Comenta Alejandro en su libro “Psicomagia”[3] que lamentablemente Teo muere a los 24 años por un paro cardiaco producto de una sobredosis, Cristóbal ahí crea un fantasma, el hermano insuperable.

 

Valery y Alejandro inmersos en su duelo por la pérdida de su hijo favorito, dirigen su atención a su hijo menor, Adán, tercer hermano de Cristóbal y su segundo hermano de sangre, esto fue el tercer golpe al ideal de Cristóbal, no sólo ser desplazado, sino también, ser invisible para sus padres al enfocarse en Adán.

 

Posteriormente Cristóbal decide romper lazos con el padre, pero los lazos con su ideal eran aún más fuertes, comenzó a dedicarse de tiempo completo a las actividades que su padre había desarrollado, otorgar talleres de tarot, impartir cursos de introspección, guiar retiros espirituales, estudiar el chamanismo, escribir poesía y dramaturgia, dar conferencias en teatros, etc.

 

En la estructura tripartita de J. Lacan, real-simbólico-imaginario, Cristóbal posiblemente se ubicaban en la dupla real-imaginario, en lo insoportable del ser y la ilusión del yo, jamás pudo colocarse en lo simbólico, en el sujeto Cristóbal Jodorowsky.

 

Considerando lo que J. Lacan nos describe en “La agresividad en psicoanálisis”[4] podría considerar que Cristóbal presentaba rasgos de la tesis IV, la agresividad como identificación narcisista. En el círculo cercano a Cristóbal se sabía que tenia episodios paranoicos con delirios de persecución, consideraba que muchas personas querían ocasionarle daño, yo entre ellos en una ocasión, esto lo llevaba a tener un comportamiento agresivo hacia los demás en sus estados delirantes, agresivo verbal, y en algunos casos agresivo físico, sin embargo, considerando los vasallajes de su yo, esta agresividad fue canalizada por su superyó hacia el apoyo del desarrollo psico-espiritual (como él así él lo llamaba) de sus seguidores que se contaban por cientos en diferentes países, logro hasta cierto punto canalizar su agresividad al grado de crear una escuela de formación para futuros terapeutas, escuela a la cual pertenecí, pero esta agresividad no desapareció por completo, esta agresividad narcisista implosiono hacia sí mismo, su conducta autodestructiva estaba latente, siempre presente, posiblemente la última vez que se manifestó fue el día de su muerte.

 

Esta agresividad de Cristóbal se forma desde su infancia, fue educado sin límites (todo le era permitido por sus padres), fue presa de sus mociones egoístas y crueles, creció en un estado primitivo, la mayor parte de su educación escolar la tubo en casa debido al rechazo social por su comportamiento que es considerado hasta el día de hoy como “conductas malas”.

 

S. Freud en “De guerra y muerte”[5] nos menciona que la reforma de estas pulsiones se puede lograr a través de un factor interno y uno externo, el interno es la necesidad de amar y el externo es otorgado por la educación, Cristóbal no conto con lo segundo, por ello la violencia fue reformada de forma parcial, sin embargo, eso fue suficiente para lograr el ayudar a los demás, posterior a su muerte, esa ayuda otorgada se convirtió en agradecimientos y homenajes de cientos de personas en diferentes países

 

En el mismo escrito, S. Freud nos menciona la falta de concepción de la muerte propia, Cristóbal conducía su vida como un hombre inmortal, incluso, en su última presentación teatral del 31 de agosto prometió al publico vivir mas de 100 años, promesa que se rompió 15 días después. Esta condición de inmortal fue alimentada por sus dos resucitaciones que tuvo en la juventud; a su vez, se vivía como hombre primordial qué, sin articular en palabras un deseo directo, su discurso agresivo era dirigido hacia un enemigo implacable que deseaba verlo muerto para por fin superarlo, su padre. Esa condición de inmortal lo llevo a recaer en su alcoholismo y consumo de otras sustancias llevándolo al limite de su capacidad cardiaca para tener el mismo desenlace que su hermano Teo, Cristóbal en su deseo preconsciente (o ya consciente) de matar a su padre, termino matándose a sí mismo, él, una extensión de su padre, el primogénito que no era pero que llevaba el nombre del padre.

 

El lunes 19 de septiembre, Brontis hace publico un video donde aborda las causas de muerte de Cristóbal, a pesar de dar la información de una manera políticamente correcta, confirma que Cristóbal Jodorowsky murió por complicaciones de salud consecuencia de su recaída con el alcohol.

 

Después de un cierto tiempo de observar el cadáver de Cristóbal, la verdad no sé cuánto fue, decidí darle el pésame a sus hijos y sus hermanos, me coloque en el sillón más cercano al féretro, me pidieron que expresara unas palabras pero sólo pude decir gracias, en poco tiempo me retire de la funeraria, quería respetar la privacidad de la familia Jodorowsky, mientras me retiraba no dejaba de pensar en Cristóbal y su estadio del espejo, una relación que ahora sé que fue dual real-imaginaria, una relación tan insoportable e insostenible que lo llevo a romper el espejo, romperse a sí mismo para lograr el descanso eterno.



 [1] Jodorowsky C. (2008) El collar del tigre, psicochamanismo y vida. Argentina-España: Kier (2016)

 [3] Jodorowsky A. Psicomagia. España: Siruela (2004)

 


Bibliografía:

 

·         Lacan, J. Escritos I. México: Siglo XXI (1971).

·         Freud, S. (1914-1916). Obras Completas XIV. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu (1992).

·         Jodorowsky C. (2008) El collar del tigre, psicochamanismo y vida. Argentina-España: Kier (2016)

·         Jodorowsky A. Psicomagia. España: Siruela (2004)






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