SOSTENER Y SOLTAR


En un cierto monasterio Zen donde se tiene prohibido tocar a las mujeres, el más afamado Maestro sale con su Discípulo a pedir la limosna de la tarde.



Durante su peregrinación se desata una tormenta sobre el pueblo y la presa se desborda súbitamente. En la avenida principal una mujer lucha para no ser arrastrada por la corriente; sin pensarlo, el Maestro acudió a su auxilio, la cargo entre sus hombros y la llevo hasta un lugar seguro.



El Discípulo perplejo de tal sacrilegio guardo silencio, llegando a la entrada del monasterio interrumpe el paso y declara:



-Maestro, no puedo entrar al monasterio sin antes preguntarle... ¿por qué cargo a esa mujer?



–… ¿Por qué sigues cargando a la mujer cuando yo hace mucho la solté?

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